Todos conocemos a alguien, un amigo, un hermano, incluso nosotros mismos, que ha dicho alguna vez: “Necesito hablar con alguien, pero no puedo pagar una terapia”.
En un mundo donde el 43% de los adultos en EE. UU. reconoce sentirse más ansioso que hace un año, hablar de salud mental dejó de ser un tema secundario.
Es una necesidad real y lo más esperanzador es que en muchos casos, el apoyo ya está al alcance sin que lo sepas: tu propio seguro de salud puede cubrir terapia psicológica o psiquiátrica, incluso gratis.
No se trata solo de cifras, se trata de personas, de ti, de tu familia, de quienes amas.
Cuidar tu mente es tan esencial como cuidar tu corazón o tu visión.
La ansiedad, el estrés y la depresión no son señales de debilidad, son llamadas de tu cuerpo y tu alma pidiendo atención.
La buena noticia es que, así como vas al médico cuando tienes un dolor físico, hoy existen más caminos para recibir acompañamiento emocional sin que el costo sea un freno.
Hay muchos casos de éxito, por ejemplo María, madre de dos niños, pensó que nunca podría pagar terapia.
Al revisar su seguro, descubrió que ya tenía derecho a varias sesiones al año con un psicólogo. Esa puerta abierta cambió no solo su vida, también la de sus hijos
Terapia psicológica individual o en grupo.
Apoyo psiquiátrico con medicamentos cubiertos.
Programas de prevención y manejo del estrés.
Y en algunos casos, el costo es cero porque ya está incluido en tu póliza.
Sin darte cuenta, puedes estar pagando por un beneficio que aún no usas.
Muchas veces dejamos nuestra mente para “después”, pero la verdad es que no hay nada más valioso que sentirnos en paz y con fuerzas para enfrentar el día a día.
