¿Cuándo fue la última vez que revisaste tu vista? Muchas personas creen que solo deben ir al optómetra si “ya no ven bien”, pero la realidad es otra: ¡ver bien no significa estar bien!

El cuidado visual es parte fundamental del bienestar integral, y dejarlo para después puede traer consecuencias que afectan tu calidad de vida, desempeño laboral, aprendizaje… ¡y hasta tu salud mental!

Algunas señales que indican que podrías necesitar una revisión visual:

 

  • Dolor de cabeza frecuente

  • Fatiga visual o ardor en los ojos

  • Alejar o acercar mucho el celular para leer

  • Entrecerrar los ojos para enfocar

  • Irritación o lagrimeo constante

  • En niños: bajo rendimiento escolar, falta de concentración o lectura lenta

 

Muchos de estos síntomas se confunden con otras causas, y pasan desapercibidos por años.

Si ya usas gafas, asegúrate de que tu fórmula esté al día.

Lentes con una graduación antigua o inadecuada pueden:

 

  • Aumentar la fatiga visual

  • Generar molestias como mareo o dolor de cabeza

  • Afectar tu postura y concentración en el trabajo o estudio

 

Tus ojos necesitan apoyo, no un esfuerzo extra.

En Estados Unidos, muchos planes de salud no incluyen cobertura visual… pero existen seguros complementarios accesibles que te ofrecen:

 

  • Exámenes visuales periódicos

  • Lentes actualizados

  • Cobertura para ti y tu familia

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