Vivimos en una cultura que aplaude la productividad.
Hacer muchas cosas a la vez parece una habilidad admirable, incluso necesaria.
Responder correos mientras cocinas, hacer llamadas mientras conduces, atender a los niños mientras planificas la semana…
A eso le llamamos multitasking.
Pero, ¿sabías que tu cerebro no está diseñado para hacerlo?
Lejos de ser una superpotencia, el multitasking es en realidad un mito moderno.
Numerosos estudios lo confirman: cuando intentamos hacer varias cosas a la vez, no las hacemos mejor ni más rápido, sino con más errores, más estrés y menos satisfacción.
Estudios en neurociencia han demostrado que el cerebro no hace tareas múltiples a la vez, sino que cambia rápidamente de una a otra, lo que reduce la eficiencia y aumenta el estrés.
Sí, y no. A nivel estructural, los cerebros femenino y masculino procesan la información de forma diferente, pero ambos sufren cuando se sobrecargan.
Es lo que se llama: trabajo invisible.